La importancia de las frutas y las verduras nunca había sido tan alta como en estos momentos en que llevas la responsabilidad alimenticia de dos estómagos.
Tu bebé requiere una gran cantidad de nutrientes y la mayoría de ellos son conocidos como vitaminas esenciales, muchas de las cuales el cuerpo no sintetiza naturalmente y es por eso que normalmente comemos frutas y verduras para poder suplir estos requerimientos.
Estas sustancias en tu organismo son vitales para poder llevar a cabo procesos de regulación y óptimo funcionamiento en las diferentes células que ya están formadas o en proceso de formación. Es así como la presencia adecuada de las vitaminas cobra más importancia, pues asegura que la mayoría de procesos iniciales de tu bebé se lleven a cabo adecuadamente y garantiza un óptimo desarrollo a largo plazo.
Por ejemplo, la vitamina C no se sintetiza en el cuerpo, pero es obtenida de las frutas cítricas. Ayuda en la formación de los dientes, los huesos, para la cicatrización, creación de colágeno y fortalece los músculos. Por otro lado, independientemente de que consumas una fruta o una verdura, ambas son muy ricas en un tipo de fibra que favorece el tracto intestinal. Con esto, evitas el tránsito intestinal lento que te provoca estreñimiento y puede causar las molestas hemorroides.
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