¡Felicitaciones, querida mamá!
Ya estás disfrutando de tu bebé, viendo sus avances cada día, descubriendo todo el amor que
esconde esa personita hermosa que trajiste a la vida. Seguramente las 24 horas del día no
son suficientes para tanto gozo, pero te recomendamos que no dejes de prestar atención a
diferentes asuntos que son vitales para garantizar que, el desarrollo de tu bebé en los próximos
meses, se dé en las mejores condiciones. Y uno de los más importantes es preparar tu casa
para que crezca en un entorno seguro.
La llegada de tu bebé genera cambios en la vida de todos y nuevos hábitos que cada
miembro del hogar debe incorporar a su cotidianidad, ya que está de por medio la enorme
responsabilidad de cuidar a un ser que depende totalmente de tu atención y cuidado.
Generalmente, entre los 7 y los 8 meses tu bebé empezará a gatear, por lo que es muy
conveniente que te anticipes y hagas un recorrido muy minucioso por la casa, detectando
los focos de posibles riesgos para él/ella, pues ahora no solo estará en su cuarto, sino que
empezará a explorar todos los lugares.
Lo primero que debes hacer es recoger o ubicar en lugares altos toda la decoración que sea
pequeña o que tenga terminaciones en punta, pues el bebé todo se lo llevará a la boca. Es
indispensable que observes y recojas objetos como llaves, piedras, monedas o elementos
pequeños que tu bebé pueda agarrar fácilmente. No escatimes en esta labor, pues la mayoría
de los accidentes en casa se presentan por algún descuido de los adultos.
Recuerda que tu bebé no controla totalmente su cuerpo y puede llegar a caerse con facilidad.
Por lo tanto, una buena medida de prevención es fijar alguna protección de goma o espuma
en las puntas de mesas y muebles. De esa manera habrá menos posibilidades de que tu bebé
tenga alguna lesión, en caso de que tropiece con esos elementos.
También debes estar muy atenta a puertas, ventanas, mesas o cajones que tu bebé pueda
alcanzar fácilmente en sus paseos por la casa. Recuerda que aunque es chiquit@, cada día
gana más fuerza. Y asegúrate de que no tenga posibilidad de abrir alguna puerta que l@ lleve
a un lugar inseguro como unas escaleras. Las ventanas deben estar a una distancia alta para
que tu bebé no las alcance.
Recuerda: aunque lleguen a generar algún tipo de incomodidad para los adultos, el bloqueo de
puertas y ventanas es indispensable.
Otra acción preventiva recomendable es sellar los enchufes de electricidad. En cualquier tienda
especializada puedes adquirir soportes plásticos que permiten bloquear los toma corriente de
la casa.
Uno de los lugares en los que debes tener más cuidado es la ducha y el baño en general. Es
un espacio húmedo en el que los movimientos de tu bebé son más inestables, y por ello es
mejor mantenerl@ fuera de su alcance.
Debes tener en cuenta también que si tienes el corral en el nivel superior (traen adaptadores
para dos niveles), cuando tu bebé cumpla cuatro meses debes bajarlo, pues empezará a
girarse y a sujetar. Algunos bebés aprenden primero a pararse que a gatear, y por ello no
puedes dejarlo en lugares con algún nivel de altura. Por otra parte, no le des juguetes que le
puedan ocasionar inestabilidad en sus movimientos.
En conclusión, todo se resume en una palabra que una mamá debe convertir en la guía de
su rutina diaria: prevención. En la mayoría de los casos, es la falta de cuidado la que lleva a
que se presenten accidentes caseros. Por ello, lo ideal es que tu amor te ayude a permanecer
alerta para conocer los avances de tu bebé y promover en la familia todos los hábitos que le
brinden siempre un hogar seguro y feliz.