Seguramente, en las primeras semanas después de tener a tu bebé has sentido que nunca más volverás a descansar por sus llantos nocturnos, por sus llantos en la mañana, por sus llantos en la tarde … ¡por sus llantos todo el día! Y, por otro lado, quizá estés un poco estresada, pues no hay un manual para interpretar lo que le está ocurriendo y, saber lo que necesita es para ti lo más importante. Tranquila, entendemos lo que te pasa, y por eso vamos a darte las pautas necesarias para hacer más llevadera esta etapa del proceso.
Lo primero que debes entender es que el llanto es una forma de comunicación de las necesidades más básicas de de tu bebé. Tiene sus ciclos normales, pero también es poco recomendable y poco saludable dejarle llorando tanto tiempo. De seguro vas a tener muchas dudas y preocupaciones, así que es mejor que comprendas lo que significa cada una de las partes de ese ciclo.
El llanto tiene una frecuencia por minutos más elevada a los dos meses, y luego irá bajando. No te preocupes por el futuro, es durante los primeros tres meses cuando tu bebé más va a expresarse por la vía del llanto. Así que si pensabas que no ibas a descansar, te tenemos una buena noticia: ¡el llanto se irá reduciendo y, además, poco a poco tú lo irás reconociendo con mayor claridad!. Ten en cuenta estas pequeñas diferencias que te servirán como guía.
El llanto por dolor
Es el llanto que se siente con toda la fuerza de sus pulmones, el cual también se manifiesta cuando está muy incómodo. Éste se va incrementando de volumen y no posee forma rítmica. Es un llanto que produce angustia, pues se trata de una súplica innata de tu bebé para que sea inmediatamente atendid@.
El llanto por sueño
Es contundente, pero con variaciones en su volumen o intensidad y su intermitencia es irregular. Es decir que tu bebé puede dejar de llorar y continuar, en pausas en las que puede llevarse las manitos a la frente o la cabeza en general.
El llanto por hambre
Es constante, no para, pero en su ritmo o cadencia no es uniforme; parece como si estuviera
respondiendo a las punzaditas en su panza y a cada una le tuviera su fraseo rítmico, que
muchas veces es poco reconocible. Pero lo que lo caracteriza es que no parará de llorar hasta
que sea saciada su hambre.
El llanto por necesidad de compañía
Este tipo de llanto se va incrementando gradualmente. Inicia con sonidos de balbuceos y
quejidos, y pasa luego a gritos con pausas que se intensifican a medida que no obtiene
atención. Suele calmarse con acciones como mecerle la cuna, arrullar@ o cargarl@ y darle
palmaditas en su espalda, pero esta forma puede convertirse en una práctica que lo mal
acostumbre a dormir, cuando tu bebé por sí mism@ puede encontrar sus propias estrategias
para tranquilizarse. Debes medirte en tus reacciones y observarle mucho, para que cuando
haya algo que realmente le moleste, pueda ser menguado y controlado efectivamente.
El llanto por insatisfacción
Suele ir acompañado de pucheros. Al no ser satisfechos sus deseos, tu bebé detectará que es
una estrategia muy efectiva, la cual podrá utilizar haciendo uso del muy conocido ‘berrinche’,
con gritos muy fuertes, pero con una evidente intención en el ritmo, un poco más uniforme y
controlada. Este es más evidente después de los 8 meses, generalmente.
¿Lo dejo llorar?
Como método de salud natural, el llanto en los adultos es muy recomendable, liberador,
desintoxicante y mejora el sistema inmunológico. Pero en los bebés no es recomendable
dejarlos llorar solos. Cuando el bebé llora activa su sistema inmunológico, se liberan toxinas
y si es excesivo, se libera cortisol, que es la sustancia generadora del estrés, la cual debilita
sus defensas. Así que no hay que reprimirle el llanto al bebé, ni dejarlo llorar solo. Hay que
atenderlo y dejar que el llanto fluya, esto marcará más la unión que tienes con él.
¿Por qué gotean tus pechos con el llanto de tu bebé?
Esta reacción se llama Reflejo de Eyección. Es un mecanismo instintivo que sincroniza el
entendimiento con tu hijo. Cuando llora, una estructura en tu cerebro, llamada hipófisis, se
activa para producir unas sustancias que activan otra estructura, que finalmente harán que se
contraigan las células de los lóbulos de tus senos y salga la leche. Es un mecanismo instintivo
maternal, del cual está a cargo la oxitocina. Piensa cómo está de coordinada la naturaleza, que
antes de entender por qué llora tu bebé ya hay mecanismos que actúan.
Sin embargo hay casos en que por el sólo hecho de pensar en tu bebé se puede activar este
mecanismo innato. ¡Por eso este vínculo que los une es amor, como ningún otro amor!