Cuando recibes la gran noticia de tu embarazo, empiezas a tomar en cuenta muchos factores. Solo deseas hacerlo todo bien para tener un bebé saludable, pero usualmente se pasan por alto las precauciones que debes tener presentes a la hora de la concepción. Los suplementos vitamínicos son indispensables en este periodo, especialmente el ácido fólico.
Es una vitamina del complejo B (exactamente B9). Esta actúa en el cuerpo colaborando con la formación de nuevas células, como las del cabello, la piel y las uñas. También es fundamental en la producción de glóbulos rojos (las células que conforman la sangre) (CDC, 2018; Medlineplus, 2021).
Además, puede ayudar a prevenir enfermedades del corazón, vasos sanguíneos y algunos tipos de cáncer. Incluso se usa en el tratamiento de la depresión y la demencia (Mayo Clinic, 2021).
En el embarazo necesitarás mayores cantidades de ácido fólico, aun desde antes de presentar síntomas de embarazo. El déficit te podría provocar anemia megaloblástica (Medlineplus, 2021).
Cuando se forma el pequeño embrión, los efectos de su carencia van más allá. Antes de las 12 semanas de embarazo, se da un proceso llamado “cierre del tubo neural”. De este dependerá la salud neurológica de tu bebé al momento de nacer (Perichart et al., 2021).
Esta vitamina colabora en la regulación de este proceso. Además, estimula la formación de nuevas células que servirán de material de construcción para él (Perichart et al., 2021).
Cuando no se cuenta con suficiente ácido fólico, este mecanismo se da de manera errónea, causando malformaciones conocidas como defectos del tubo neural. Estas abarcan cerebro, médula espinal y columna vertebral y pueden causar graves discapacidades (Medlineplus 2021; Perichart et al., 2021).
Los puedes encontrar de manera natural en algunos alimentos como (Mayo Clinic, 2021):
También hay alimentos que, por normativa nacional, han sido fortificados (o sea que se les han agregado vitaminas) (Minsalud, 2014):
Algunas organizaciones de salud recomiendan que toda mujer en edad fértil (desde la adolescencia hasta la menopausia), que busque o no embarazarse, debería tomar de manera permanente suplementos (CDC, 2018).
Para prevenir los defectos del tubo neural, la recomendación varía según el riesgo que tenga la pareja para desarrollarlo. Así, se recomienda que la mujer que presenta bajo riesgo inicie el suplemento de 3 a 4 meses previo a quedar embarazada. Esto con 400 mcg (microgramos) que debe continuar ingiriendo durante toda la gestación, incluso hasta las 4 a 6 semanas después del parto o mientras dure la lactancia materna (Perichart et al., 2021).
Se clasifican así las parejas que (Perichart et al., 2021):
En este caso deberías suplementar 1 mg desde 3 meses previos y hasta las primeras 12 semanas del embarazo. Luego continúa con 400 microgramos hasta 4 a 6 semanas posparto (Perichart et al., 2021).
Las parejas en las cuales (Perichart et al., 2021):
Deben suplementar con 4 mg desde los 3 meses antes de la gestación, hasta las primeras 12 semanas de embarazo y continuar con 400 mcg (Perichart et al., 2021).
Este suplemento debe ser tomado también por tu pareja antes de la concepción, para disminuir los riesgos de malformación (Perichart et al., 2021).
También se consideran riesgo (Perichart et al., 2021):
Estas recomendaciones no sustituyen la valoración e indicación médica. Únicamente conociendo tu historial y tu condición de salud actual se puede determinar realmente las necesidades de suplementar.
No hay duda de que el ácido fólico es una vitamina fundamental para el desarrollo saludable de tu bebé. Te invitamos a enriquecer el consumo de alimentos que lo contienen de manera natural y a consultar con tu médico sobre la necesidad de suplementar antes de embarazarte.
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