Artículo: Revista Ser Padres Hoy
Por Mónica Urbina Pardo. Asesora: Carolina Amaya, licenciada en Letras y profesora de literatura.
Desde tu embarazo puedes transmitir tu pasión por la lectura a tu bebé leyendo relatos y cuando ya lo tienes en brazos el cuento corto para la noche no puede faltar. Cada ocasión es una oportunidad para crear en tu bebé el hábito de la lectura que a futuro tendrá muchos beneficios.
Leer en voz alta mientras descansas acostumbrará al bebé en camino a disfrutar de tus narraciones, a descubrir distintas entonaciones en tu voz, a arrullarse con lo que escucha. Cuando nacen, obviamente cambia el tipo de contacto que tu bebé pueda mantener con la lectura. Aun cuando no sepa leer puede seguir escuchando las historias que le cuentas y aprender a emocionarse con ellas.
Carolina Amaya, licenciada en letras y conferencista sobre promoción de la lectura infantil, propone que la mejor manera de crear hábitos de lectura en nuestros infantes es “incorporar el momento de lectura a la rutina del niño.
Es ideal antes de dormir, porque promueve también la relajación del niño y, por tanto, un buen sueño. Si no se tiene mucho tiempo, se pueden llevar libros consigo y leer con ellos en los momentos de ‘espera’. También es posible apartar un momento del fin de semana para dedicarlo a la lectura”, afirma.
Al entrar en la sección infantil de una librería puede que la cantidad de títulos te abrume, sigue estos consejos de Amaya para saber cuál elegir, primero mira muy bien que el libro escogido “tenga una estructura narrativa ordenada”, es decir que la historia tenga una introducción, un nudo y un desenlace que le ayuden en la comprensión del sentido del texto.
Si tus hijos son muy pequeños, por ejemplo hasta 12 meses de edad, es recomendable “buscar libros con imágenes coloridas, que puedan ser descritas por los padres . Hay libros suaves, de tela que resultan ideales porque el bebé los puede tocar y morder y así se familiariza con el libro desde temprana edad”.
Si los niños tienen más de un año, ya pueden usar libros de vocabulario. Amaya nos cuenta que estos libros son aquellos que tienen imágenes de objetos, personas, animales. “Estos son muy útiles para enseñar a los niños a hablar correctamente. También son recomendables textos con rimas y canciones breves, porque la musicalidad atrae a los bebés”, lo dice ella que además de ser profesional de las letras, también es madre de tres niños.
Más allá del aprendizaje de la lectoescritura y de la estimulación de la creatividad y la imaginación, la lectura es un perfecto enlace para padres e hijos. Promueve una conexión más profunda en las relaciones familiares, en tanto las rutinas lectoras sean constantes desde la primera etapa de la vida de los niños. Igualmente, nunca es tarde para comenzar a implementarlas.
Amaya afirma que “el cuento antes de dormir” al convertirse en rutina, va a ser incorporada y a convertirse en una experiencia cotidiana en la vida infantil, posteriormente en la adolescencia ya continuará con el hábito por su cuenta.
“Un niño lector tiene un mayor vocabulario y, por tanto, una mayor capacidad de comprender el mundo”, puntualiza.
Estas nuevas generaciones de infantes, que nacieron inmersos en el mundo digital, pueden además sacar provecho de las nuevas tecnologías a la hora de estimular su propia pasión por la lectura.
Los formatos digitales no son exclusivos para los adultos, también pueden ser muy útiles y atractivos para los más pequeños de la casa.
“Pienso que los libros impresos tienen la ventaja de ser hojeados y de alguna forma brindan la experiencia original de la lectura, sobre todo si queremos establecer la costumbre de tener libros en casa. Por otra parte, las pantallas digitales tienen como ventaja la portabilidad. Lo importante al final es promover el hábito de lectura, sin privilegiar una plataforma sobre otra”, explica al respecto la experta.
Con respecto a los videojuegos y haciendo frente a sus detractores, Amaya comenta que, como en todo, hay elementos positivos y negativos. “Los videojuegos se pueden aprovechar inteligentemente para llevar al niño a la lectura, tratando de promover aquellos que tienen una estructura narrativa predominante (por ejemplo, Zelda).
Pero su uso se debe limitar, porque el videojuego suele estimular al niño, de modo que no permite su relajación o concentración ante actividades que requieran concentración como las tareas del colegio, por ejemplo”.
Manejan mayores referencias, entienden mejor las situaciones nuevas.
Son más críticos, realizan cuestionamientos constantes ante todo.
Son creativos y desarrollan mejor su imaginación.
Siempre están de buen humor y se aburren menos.
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