La crianza positiva es un enfoque que te ayudará a construir una relación fuerte y sana con tu hijo, basada en el respeto, la comunicación y la empatía.
Como mamá es natural que te preguntes cuál es la mejor forma de guiarlo desde sus primeros días. Justamente en esta etapa tan especial, en la que todo es nuevo, la crianza respetuosa se convierte en una herramienta poderosa. Te permitirá brindarle a tu hijo seguridad, afecto y límites claros, sin recurrir a gritos o castigos.
La crianza positiva representa un cambio fundamental en la educación infantil, basado en evidencia científica y psicología del desarrollo. Por ello, desde Winny hemos creado esta guía completa para apoyarte en este enfoque transformador.
¿En qué se caracteriza? Presta mucha atención:
Primero que nada, en conexión emocional consciente. O sea:
También, en la disciplina respetuosa, que se basa en:
Comunicación efectiva, una de las más importantes, consiste en:
Por último, en la importancia del desarrollo progresivo:
Los niños criados bajo estas características demuestran tener un desarrollo emocional saludable. Demuestran en sus reacciones cotidianas una regulación emocional avanzada. Asimismo, su autoestima se ve fortalecida.
Pero eso no es todo, además, empiezan a desarrollar una mayor empatía. Los niños que crecen en un entorno con estas características reconocen tempranamente emociones ajenas, tienen más probabilidades de ayudar espontáneamente y presentan una mejor habilidad para mediar conflictos entre pares.
Como ves, la crianza positiva transforma las interacciones diarias y revoluciona la comunicación familiar.
Así que, ya no se trata solo de poner límites, sino de construir vínculos basados en el respeto mutuo, la escucha activa y el acompañamiento emocional.
Existen una serie de estrategias que, por etapas del desarrollo de cada infante, pueden implementarse. Estas son algunas de ellas:
18-24 meses:
3-4 años:
5-6 años:
¿Y cuál es su beneficio? Toma de decisiones básicas.
Entremos en detalle. Como mamá o papá debes saber que la crianza respetuosa tiene una serie de principios que la sustentan. Estos son:
La comunicación y la empatía son esenciales para poner en práctica esas técnicas. Para lograrlo debes ofrecer una validación emocional avanzada. Esta se trata de una herramienta poderosa que nos permite acompañar a nuestros hijos en sus emociones más intensas sin minimizar lo que sienten.
En lugar de simplemente decir “no llores” o “ya va a pasar”, aprendemos a reconocer, nombrar y dar sentido a lo que están viviendo.
Una forma práctica de hacerlo es con la fórmula E-A-R:
Esta forma de validar no solo calma, también fortalece el vínculo y enseña a los chicos a poner en palabras lo que sienten.
Además, es importante brindar una escucha activa. Escuchar no es solo oír. La escucha activa implica estar presentes, con atención y sin juzgar, para que nuestros hijos se sientan realmente comprendidos. Cuando practicamos este tipo de escucha, les enseñamos que sus emociones importan.
La violencia va absolutamente en contra de los principios de este tipo de crianza. Algunas estrategias para ponerla en práctica consisten en:
Redirección efectiva:
Poner límites no significa ser autoritario. Se trata de ofrecer un marco seguro para crecer.
Cuando los límites son claros, coherentes y transmitidos con amor, ayudan a que los niños aprendan a autorregularse, convivir respetuosamente y sentirse protegidos.
Para que estos límites funcionen, es clave que las normas sean formuladas de manera positiva y concreta. En lugar de decir “¡no grites!”, podemos decir “hablemos en voz baja”.
También es importante adaptar las explicaciones a la edad. Un niño de 2 o 3 años necesita frases simples y visuales.
Cuando los límites se expresan con respeto, se convierten en una guía amorosa. El objetivo es ayudar a los niños a desarrollarse con seguridad y autonomía.
Criar desde el respeto se construye en lo cotidiano. No hace falta esperar un gran momento: los aprendizajes más valiosos nacen en los intercambios simples de cada día. A continuación, te compartimos algunos consejos prácticos para implementar este enfoque en tu rutina familiar.
Los berrinches no son caprichos, sino una forma que tienen los niños de expresar emociones que aún no saben regular. Acompañarlos con empatía es clave. Te contamos cómo manejarlos y mantener la calma:
Promover la independencia desde pequeños fortalece su autoestima y confianza en sí mismos. No se trata de que hagan todo solos, sino de acompañar respetuosamente sus intentos. Las siguientes ideas te ayudarán:
La crianza respetuosa despierta muchas dudas, especialmente al principio. Es un cambio de paradigma, y está bien hacerse preguntas.
Aquí respondemos algunas de las más comunes.
Sí, pero siempre adaptándola a las necesidades individuales. La crianza respetuosa no es una receta única, sino un enfoque que se moldea según el temperamento del niño o niña, su etapa evolutiva y el contexto familiar.
Por ejemplo, niños con mucha energía pueden necesitar más movimiento antes de sentarse a realizar una actividad tranquila. Lo importante es observarlos, escucharlos y acompañarlos con flexibilidad, sin perder los límites amorosos.
Criar con respeto también implica mirarte a ti misma. Nadie puede ofrecer calma si está desbordado. El autocuidado no es egoísta, es necesario. Cuídate y maneja tu estrés de la siguiente forma:
En resumen, educar con respeto, empatía y conexión es una elección diaria. No se trata de hacerlo perfecto, sino de mirar a tus hijos con amor y construir una relación de confianza que les dure toda la vida. Cada pequeño gesto cuenta: una mirada amable, una palabra que valida, un momento de escucha verdadera.
La crianza positiva es esencial para educar a los bebés con respeto y amor. ¿Qué esperas para implementar estos consejos?
La disciplina positiva fomenta la crianza basada en valores fundamentales y respeto.
Aquí te ayudamos a armar tu kit de las cosas para bebé que necesitarás al salir con tu hijo.
Descubre la importancia del tiempo de calidad en familia y cómo fortalece los vínculos afectivos.