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Crianza positiva: claves para el bienestar de tus hijos

Mamá sonriendo junto a su bebé
Aquí te contamos lo que necesitas saber sobre la crianza positiva.

La crianza positiva es un enfoque que te ayudará a construir una relación fuerte y sana con tu hijo, basada en el respeto, la comunicación y la empatía.

Como mamá es natural que te preguntes cuál es la mejor forma de guiarlo desde sus primeros días. Justamente en esta etapa tan especial, en la que todo es nuevo, la crianza respetuosa se convierte en una herramienta poderosa. Te permitirá brindarle a tu hijo seguridad, afecto y límites claros, sin recurrir a gritos o castigos.

¿Qué es la crianza positiva y por qué es importante?

La crianza positiva representa un cambio fundamental en la educación infantil, basado en evidencia científica y psicología del desarrollo. Por ello, desde Winny hemos creado esta guía completa para apoyarte en este enfoque transformador.

¿En qué se caracteriza? Presta mucha atención:

Primero que nada, en conexión emocional consciente. O sea:

  • Desarrollo de apego seguro mediante respuestas sensibles.
  • Construcción de confianza mutua desde la primera infancia.
  • Fomento de inteligencia emocional a través del ejemplo.

También, en la disciplina respetuosa, que se basa en:

  • Establecer límites claros y consistentes.
  • Explicar cuando debas decir "no" para que pueda realmente entenderlo.
  • Plantear soluciones constructivas.

Comunicación efectiva, una de las más importantes, consiste en:

  • Práctica de escucha activa sin juicios.
  • Validación sistemática de emociones.
  • Uso de lenguaje positivo que fortalece la autoestima.

Por último, en la importancia del desarrollo progresivo:

  1. Respeto por los ritmos individuales de crecimiento.
  2. Promoción de autonomía adecuada a cada etapa.
  3. Acompañamiento en el aprendizaje experiencial.

Pero ¿cuáles son sus beneficios?

Los niños criados bajo estas características demuestran tener un desarrollo emocional saludable. Demuestran en sus reacciones cotidianas una regulación emocional avanzada. Asimismo, su autoestima se ve fortalecida.

Pero eso no es todo, además, empiezan a desarrollar una mayor empatía. Los niños que crecen en un entorno con estas características reconocen tempranamente emociones ajenas, tienen más probabilidades de ayudar espontáneamente y presentan una mejor habilidad para mediar conflictos entre pares.

Como ves, la crianza positiva transforma las interacciones diarias y revoluciona la comunicación familiar.

Así que, ya no se trata solo de poner límites, sino de construir vínculos basados en el respeto mutuo, la escucha activa y el acompañamiento emocional.

Autonomía y responsabilidad por etapas

Existen una serie de estrategias que, por etapas del desarrollo de cada infante, pueden implementarse. Estas son algunas de ellas:

18-24 meses:

  • Llevar su pañal usado al basurero.
  • Poner ropa sucia en el cesto.

3-4 años:

  • Preparar su merienda sencilla (ej.: poner galletas en plato).
  • Regar una planta asignada.

5-6 años:

  • Elegir y preparar su ropa del día.
  • Alimentar mascotas.

¿Y cuál es su beneficio? Toma de decisiones básicas.

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Principios básicos de la crianza positiva

Entremos en detalle. Como mamá o papá debes saber que la crianza respetuosa tiene una serie de principios que la sustentan. Estos son:

  • Modelado conductual: los niños aprenden principalmente a través de la observación del comportamiento adulto.
  • Regla de las 3 C: calma, que es autorregulación emocional previa; conexión, que es contacto visual y físico adecuado; comunicación, que son las explicaciones claras y sencillas.
  • Límites afectuosos: por ejemplo, transformar prohibiciones en guías: "camina despacio" en lugar de "no corras".
  • Opciones dirigidas: ofrece alternativas limitadas para fomentar autonomía, por ejemplo: "¿prefieres la camisa azul o la verde?".

Respeto y empatía: la base del vínculo en la crianza positiva

La comunicación y la empatía son esenciales para poner en práctica esas técnicas. Para lograrlo debes ofrecer una validación emocional avanzada. Esta se trata de una herramienta poderosa que nos permite acompañar a nuestros hijos en sus emociones más intensas sin minimizar lo que sienten.

En lugar de simplemente decir “no llores” o “ya va a pasar”, aprendemos a reconocer, nombrar y dar sentido a lo que están viviendo.

Una forma práctica de hacerlo es con la fórmula E-A-R:

  • Emoción: nombrar lo que el niño siente.
  • Acción: señalar lo que está haciendo o lo que pasó.
  • Razón: ofrecer una comprensión de por qué se siente así.

Esta forma de validar no solo calma, también fortalece el vínculo y enseña a los chicos a poner en palabras lo que sienten.

Además, es importante brindar una escucha activa. Escuchar no es solo oír. La escucha activa implica estar presentes, con atención y sin juzgar, para que nuestros hijos se sientan realmente comprendidos. Cuando practicamos este tipo de escucha, les enseñamos que sus emociones importan.

Disciplina no violenta

La violencia va absolutamente en contra de los principios de este tipo de crianza. Algunas estrategias para ponerla en práctica consisten en:

Redirección efectiva:

  1. Ofrece alternativas adecuadas, por ejemplo: "Los lápices no se lanzan, pero podemos...":
    1. "Hacer un camino para tus carritos"
    2. "Jugar a encestarlos en esta caja"
  2. Refuerzo positivo: "¡qué bien usas los lápices para crear!"

Límites claros y consistentes para una crianza positiva

Poner límites no significa ser autoritario. Se trata de ofrecer un marco seguro para crecer.

Cuando los límites son claros, coherentes y transmitidos con amor, ayudan a que los niños aprendan a autorregularse, convivir respetuosamente y sentirse protegidos.

Para que estos límites funcionen, es clave que las normas sean formuladas de manera positiva y concreta. En lugar de decir “¡no grites!”, podemos decir “hablemos en voz baja”.

También es importante adaptar las explicaciones a la edad. Un niño de 2 o 3 años necesita frases simples y visuales.

Cuando los límites se expresan con respeto, se convierten en una guía amorosa. El objetivo es ayudar a los niños a desarrollarse con seguridad y autonomía.

Consejos prácticos para el día a día

Criar desde el respeto se construye en lo cotidiano. No hace falta esperar un gran momento: los aprendizajes más valiosos nacen en los intercambios simples de cada día. A continuación, te compartimos algunos consejos prácticos para implementar este enfoque en tu rutina familiar.

Manejo de berrinches (2-4 años)

Los berrinches no son caprichos, sino una forma que tienen los niños de expresar emociones que aún no saben regular. Acompañarlos con empatía es clave. Te contamos cómo manejarlos y mantener la calma:

  1. Respirar profundo antes de responder puede marcar la diferencia.
  2. Nombra lo que siente: “veo que estás frustrado porque no pudiste ponerte los zapatos solo”.
  3. Ofrece opciones: “¿quieres un abrazo o prefieres respirar conmigo?”. Sentirse parte de la solución da seguridad.

Crianza positiva para fomentar autonomía

Promover la independencia desde pequeños fortalece su autoestima y confianza en sí mismos. No se trata de que hagan todo solos, sino de acompañar respetuosamente sus intentos. Las siguientes ideas te ayudarán:

  • Crea rutinas visuales. Dibujar o pegar imágenes con los pasos de la rutina (lavarse los dientes, vestirse) los ayuda a anticipar y organizarse.
  • Permite que se equivoquen. Aprenden mucho más probando que recibiendo instrucciones permanentes.
  • Celebra el esfuerzo, no solo el resultado: “¡qué bien que lo intentaste solo!”, aunque no lo haya logrado del todo.

Preguntas frecuentes sobre crianza positiva

La crianza respetuosa despierta muchas dudas, especialmente al principio. Es un cambio de paradigma, y está bien hacerse preguntas.

Aquí respondemos algunas de las más comunes.

¿Funciona para todos los niños?

Sí, pero siempre adaptándola a las necesidades individuales. La crianza respetuosa no es una receta única, sino un enfoque que se moldea según el temperamento del niño o niña, su etapa evolutiva y el contexto familiar.

Por ejemplo, niños con mucha energía pueden necesitar más movimiento antes de sentarse a realizar una actividad tranquila. Lo importante es observarlos, escucharlos y acompañarlos con flexibilidad, sin perder los límites amorosos.

¿Cómo manejar el estrés parental en la crianza positiva?

Criar con respeto también implica mirarte a ti misma. Nadie puede ofrecer calma si está desbordado. El autocuidado no es egoísta, es necesario. Cuídate y maneja tu estrés de la siguiente forma:

  • Resérvate momentos diarios. Aunque sea una pausa breve para tomar un té, estirarte o simplemente respirar.
  • Busca personas en situaciones similares. Hablar con otras madres, padres o cuidadores ayuda a descomprimir. Nadie lo hace perfecto, todos estamos aprendiendo.
  • Pide ayuda. Delegar no es fallar, es saber reconocer tus límites.
  • Perdónate. Algunos días no vas a tener paciencia. Es normal. Lo importante es reparar: “perdón, hoy grité, estaba muy cansada y me equivoqué”.

Crianza positiva todos los días

En resumen, educar con respeto, empatía y conexión es una elección diaria. No se trata de hacerlo perfecto, sino de mirar a tus hijos con amor y construir una relación de confianza que les dure toda la vida. Cada pequeño gesto cuenta: una mirada amable, una palabra que valida, un momento de escucha verdadera.

La crianza positiva es esencial para educar a los bebés con respeto y amor. ¿Qué esperas para implementar estos consejos?

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