Disminuye el riesgo de enfermedades infecciosas en tu bebé.
Aporta todos los nutrientes necesarios para el adecuado desarrollo de tu bebé.
No tiene costo.
Disminuye el tiempo de espera para alimentar a tu bebé.
Facilita la alimentación nocturna.
Siempre está a temperatura ideal.
No necesita preparación.
Fortalece el vínculo de amor.
Leche calostral: Más conocida como calostro, es de vital importancia para que tu bebé quede equipado con una primera protección inmunológica. El calostro es una sustancia de color amarillo y viscosa, rica en proteínas y anticuerpos, que en algunos casos comienza a aparecer semanas antes del parto, y generalmente dura de unos tres a cuatro días después del nacimiento. Tu bebé y sus pequeños órganos, aún en proceso de constitución, necesitan de las proteínas y los nutrientes que le proveerá tu calostro.
Leche transicional: Este tipo de leche se produce entre el cuarto y quinceavo día de vida de tu bebé. Este período es notable por el aumento súbito de secreción de leche y va variando hasta alcanzar la composición de la leche madura. Esta leche se caracteriza por tener más lactosa, grasas, calorías, vitaminas hidrosolubles, y menos proteínas, inmunoglobulinas y vitaminas liposolubles.
Leche madura: Mientras que en las primeras etapas de la leche había un fortalecimiento para el sistema inmunológico y digestivo de tu bebé, en este momento se comienzan a transmitir todas las vitaminas, minerales, lípidos, carbohidratos y otros componentes necesarios para su desarrollo en los primeros meses de vida, aunque su contenido se modifica dependiendo de la alimentación que lleves.
Tu leche materna está compuesta de anticuerpos que le sirven como primera defensa gastrointestinal. Una sustancia llamada lactoferrina ayuda a proteger tu bebé de afecciones gastrointestinales.
La primer fuente de energía que usará tu bebé para poder moverse proviene de la lactosa, que es el principal carbohidrato de la leche materna, indispensable para que tu bebé tenga un óptimo crecimiento y desarrollo, puesto que promueve la absorción de calcio y abona el terreno para crear una flora intestinal que acepte el material graso y ácido.
El hierro interviene en el desarrollo cognitivo y resulta esencial para la producción de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno que también viaja al cerebro. La leche materna es una fuente de hierro de alta biodisponibilidad en los primeros meses de vida. Se encuentra en niveles muy bajos pero se absorbe en más del 70%, en comparación, por ejemplo, con la leche de vaca, en la que sólo un 30% del hierro se absorbe.
La leche materna es el alimento más nutritivo y natural que puede recibir tu bebé en esta etapa en que comienza a adaptarse a un nuevo entorno. Por eso, no olvides seguir todas las recomendaciones para que, a través de esta íntima relación con tu bebé, pueda recibir el alimento del verdadero amor.
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