A medida que avanzas en tu embarazo notas que existen cambios minúsculos en todas las partes de tu cuerpo. La piel es un órgano gigante que te recubre totalmente y no está exenta de los influjos hormonales.
Generalmente, la transformación que sufre tu piel está asociada a tu raza y tu tipo de piel personal, además claro está, de tu genética.
Pero aun así, existen ciertas manifestaciones comunes entre todas las madres. Algunas clásicas, como las estrías que se presentan en las zonas donde se le exige mayor resistencia y elasticidad a la piel, son típicas en la región de la panza o de la espalda. Por otra parte, son también clásicas las várices presentadas en la zona de las piernas. Y generalmente, la siguiente manifestación más popular son las manchas en la piel, que pueden ser muy diversas en su localización y extensión.
En otros casos, algunas madres presentan acné en la cara, como si fuera una repetición de la pubertad, o incluso puede darse el otro extremo, con una piel un poco deshidratada o seca, lo que provoca comezón. Lo recomendable es hidratar y humectar inmediatamente.
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