En Winny hemos decidido regalarte información de gran importancia para saber cómo responder ante una emergencia.
Es inevitable sentir angustia cuando se presenta un accidente, sin embargo, saber cómo auxiliar a tu bebé en esos momentos podría salvar la vida.
Con la ayuda de la neonatóloga y pediatra Adriana Ballesteros te regalamos los siguientes puntos a tener en cuenta:
Dificultades respiratorias: tu bebé respira demasiado rápido, hace ruido como quejidos, se le hunden las costillas o la barriguita.
Bebé somnoliento e inapetente: tu bebé está demasiado dormilón, no se quiere alimentar, tiene una succión muy débil.
Vómito y diarrea persistente: OJO. Se considera signo de alarma que la deposición haya cambiado en sus características, se haya vuelto más líquida y se presente con mayor frecuencia.
Recuerda que la deposición del bebé alimentado con leche materna exclusiva es blanda-líquida color mostaza con grumitos blancos y no se considera diarrea.
Coloración del ombligo: color rojo en la base del ombligo o con secreción de mal olor.
Temperatura: Mayor a 37.5, revisa que tu bebé no esté demasiado abrigado o esté muy caliente el lugar donde se encuentran.
Haz los cambios pertinentes y espera 10 a 15 minutos para volver a tomar la temperatura. Si ha bajado no hay necesidad de ir al hospital.
Si tiene una temperatura inferior a 36.5, verifica si está haciendo frío, abrígalo y toma la temperatura, después de 10 a 15 minutos, si ha subido puedes quedarte en casa. Si persiste mayor a 37.5 o menor a 36.5 es necesario ir al hospital.
OJO: Si la temperatura es mayor a 37.5 no lo bañes, el cambio brusco de temperatura puede aumentar incluso más la temperatura. Desabrígalo un poco y si persiste la fiebre es necesario consultar al doctor para encontrar la causa.
Uso de la silla en el automóvil: Se debe utilizar desde recién nacidos, nunca llevar a tu bebé en brazos. La silla siempre debe ir en el asiento trasero y sujeta al asiento del carro.
Para bebés entre los 0 hasta los 9 kilos, la silla debe estar en sentido contrario a la marcha del vehículo.
Para niños desde 18 kilos, la silla se puede ubicar mirando hacia el frente, en niños mayores se puede emplear el cinturón del mismo carro para sujetarlos.
Mantener fuera del alcance de los niños sustancias que le puedan resultar tóxicas (medicamentos, productos de aseo, pinturas, etc.).
Nunca dejar a tu bebé/niño solo en tinas, bañeras, piscinas o jacuzzis para evitar un accidente por ahogamiento.
Mantener las tomas de corrientes con protectores para que el niño no pueda introducir sus dedos en ellas.
Poner al bebé boca abajo sobre el antebrazo.
Con la palma de la mano que queda libre se le dan 5 golpecitos firmes justo en medio de las escápulas.
Si el bebé bota el objeto extraño nos detenemos.
Si el bebé no bota el objeto extraño, pero sigue consciente, repetimos los golpecitos.
Si el bebé pierde el conocimiento, lo giramos para que quede boca arriba. Si vemos el objeto extraño lo retiramos con el dedo.
Si no vemos el objeto empezamos a realizar compresiones. Las compresiones deben realizarse en el esternón que está justo en la línea media del tórax y por debajo de las tetillas.
Ubica dedo índice y corazón en este lugar y haz movimientos hacia el interior del cuerpo. Solo con las compresiones el bebé puede soltar el objeto extraño. Si no iniciamos la secuencia de reanimación.
Para mayores de 2 años el adulto se hace en la parte de atrás y el niño se arrodilla. El adulto empuña una mano (pulgar queda adentro del puño) y la pone en la línea media, justo entre el ombligo y el esternón. La otra mano se pone encima de la mano empuñada. Ambas manos hacen presión hacia adentro y hacia arriba. Si el niño pierde la consciencia, entramos a la secuencia de reanimación.
OJO: Si el bebé se ha ahogado con contenido líquido, se debe poner de medio lado para que bote la secreción que tenga. Si no se despeja, el adulto levanta el mentón del bebé, le abre los labios y con su propia boca aspira boca y nariz del bebé y bota el contenido líquido. Se repiten las aspiraciones hasta que se despeje la vía de aire.
Ubica a tu bebé en una superficie rígida.
Dale suaves golpecitos en los pies diciéndole su nombre para saber si está consciente o no. Si no está consciente, oímos y visualizamos el tórax para saber si está respirando. Si no está respirando iniciamos compresiones.
Si estás solo se realizan 30 compresiones por 2 respiraciones (levantas el mentón del bebé, abres su boca, pones tu boca en la boca y nariz del bebé y le provees aire). Si sigue inconsciente, repetimos el procedimiento hasta que llegue el servicio de urgencia.
Si estás acompañado: se realizan 15 compresiones por 2 respiraciones hasta que el bebé respire o hasta que llegue el servicio de urgencia.
OJO: Siempre que el bebé esté inconsciente se debe llamar al servicio de emergencias y mientras llegan a la casa realizar las compresiones.
Recuerda que estas son recomendaciones para auxiliar a tu bebé en caso de emergencia, sin embargo, es importante siempre consultar a tu médico. Saber cómo responder en estas eventualidades te dará la tranquilidad que necesitas para hacerlo de la mejor manera.
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