Artículo: Revista Ser Padres Hoy
El fantasma de la muerte súbita en los bebés inquieta a todos los papás. Pero hay buenas noticias, las medidas para protegerlo son muy fáciles de implementar.
Dulces sueños
“Si bien la tradición de las abuelas dice que hay que acostar al niño boca abajo para que no se asfixie con la leche que acaba de tomar, lo que hemos investigado, en términos anatómicos, indica lo contrario: el niño debe dormir boca arriba”, explica la experta.
Adicionalmente, se recomienda que el bebé se acueste en su propia cuna, aunque comparta la habitación de los padres. “Lo que sí se puede hacer, en caso de que no haya espacio, es poner una camita de mimbre, por ejemplo, entre la pareja”, explica la doctora Latorre.
Colchón indicado
Debe ser plano y estar libre de almohadas, muñecos y cualquier objeto que pueda obstruir la respiración.
En el caso de “los pequeños que sufren de reflujo, existen unas colchonetas especiales para que la cabecita les quede más alta que el resto del cuerpo”.
Las cobijas sí, pero...
En lugares fríos, se les puede poner una pijama térmica y abrigarlos con una cobija, pero teniendo la precaución de que el borde llegue hasta las axilas, y sacarle los bracitos.
También puedes dejarla debajo del colchón, como si se tratara de una sábana.
El valor de mamá
“Los estudios nos dicen que la leche materna tiene sustancias que actúan previniendo el síndrome. Incluso funciona si el bebé no se alimenta directamente de su madre, sino que consume la leche que ella se extrae”, comenta la doctora María Luisa Latorre.
Cero humo
No vale dejar de fumar antes y durante el embarazo, si luego hay alguien en casa que lo hace cuando el bebé ya ha nacido. El fumador no solo debe salir del hogar, sino que también es preciso que se cambie de ropa.
En el caso del cigarrillo, el riesgo es dosis-dependiente, es decir, una persona que fume más produce más riesgo para el bebé, que alguien que se fume un solo cigarrillo y entre a la casa.
La mejor recomendación es que nadie en la familia fume, ni papás, abuelos, hermanos mayores ni demás personas de su entorno.
SI EL TEMA TE INQUIETA, HABLA CON EL PEDIATRA; ÉL DEBE SER SIEMPRE TU MEJOR CONSEJERO.
Asesora: María Luisa Latorre, médica y PhD en Salud Pública, investigadora del síndrome infantil de muerte súbita.
Agradecimientos: Congreso Colombiano de Pediatría.
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