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Salud

Deshidratación en bebés: cómo identificarla y qué hacer

Bebé tomando agua en su tetero.
Aprende qué es la deshidratación en bebés y cuáles son las señales que te permiten identificarla.

La deshidratación en bebés es un problema serio que requiere atención inmediata. Los niños son muy vulnerables a ella y rápidamente pueden surgir complicaciones. Por eso, es esencial que estés alerta a las señales tempranas de deshidratación en tu hijo y acudas al médico.

Aquí te traemos una guía para identificar este problema de salud y saber cómo actuar si se presenta.

Qué es la deshidratación en bebés y las causas más comunes

La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, lo que impide el funcionamiento normal de órganos y sistemas. Si bien cualquier persona puede deshidratarse, esto es más común en los niños y adultos mayores (Mayo Clinic, 2021).

En los niños más pequeños, la situación es preocupante por la rapidez con la que pueden perder líquidos. Además de ser más propensos, no tienen la capacidad de buscar líquidos por cuenta propia ni comunicar que tienen sed (Mayo Clinic, 2021).

Causas más comunes

En general, los bebés se deshidratan porque pierden mucho líquido, no consumen lo suficiente o hay una combinación de ambas situaciones. Otras causas comunes son (Cellucci, 2023; Mayo Clinic, 2021):

  • Diarrea y vómitos: la diarrea en bebés y los vómitos son las causas más comunes de deshidratación en bebés. La pérdida rápida de líquidos por el tracto gastrointestinal puede agotar las reservas de agua del cuerpo en pocas horas.
  • Fiebre: una temperatura corporal elevada aumenta la pérdida de líquidos a través del sudor y la respiración acelerada.
  • Transpiración excesiva: el calor extremo puede llevar a una sudoración excesiva, lo que puede provocar deshidratación si no se reemplazan los líquidos perdidos.
  • Ingesta insuficiente de líquidos: a veces, los bebés no toman suficiente leche materna, otros tipos de leche o bebidas. Esto puede ser por problemas de alimentación o enfermedades (como llagas en la boca o incluso dolor de garganta).
  • Enfermedades: cualquier enfermedad que cause fiebre puede aumentar el riesgo de deshidratación en bebés. También hay otras, como la obstrucción del intestino o las quemaduras, que aumentan el riesgo.

Síntomas de deshidratación

Según la gravedad de la situación, la deshidratación en bebés se clasifica en 3 niveles: leve, moderada y severa. Esta última es un factor de riesgo para complicaciones graves, como problemas renales, convulsiones y coma (Cellucci, 2023; Mayo Clinic, 2021).

Es importante recordar que los bebés pueden mostrar síntomas diferentes a los de los adultos, lo que requiere una atención particular. Estos son los síntomas que ellos pueden presentar (Celluci, 2023):

Deshidratación leve:

  • Boca seca y pegajosa.
  • Aumento de la sed.
  • Menos pañales mojados de lo habitual.
  • Irritabilidad leve.

Deshidratación moderada:

  • Boca y lengua seca.
  • Fontanelas hundidas (las partes blandas de la cabeza que se sienten en los bebés pequeños).
  • Ojos hundidos.
  • Latidos del corazón acelerados.
  • Somnolencia o letargo.
  • Menor cambio de pañales, ya que están levemente mojados o secos.
  • Piel fría.

Deshidratación grave:

  • Ojos hundidos.
  • Boca y lengua totalmente seca.
  • Latidos del corazón y respiraciones rápidas.
  • Pulso muy rápido y débil.
  • Palidez o piel con manchas.
  • Pérdida de turgencia de la piel, es decir, queda un pliegue al pellizcarla levemente.
  • Manos y pies fríos.
  • Cianosis (coloración azulada de la boca, manos o pies).
  • Pérdida de peso significativa.
  • Ausencia de lágrimas.
  • Debilidad extrema o inconsciencia.
  • Ausencia de orina.

Tratamiento para la deshidratación en bebés

deshidratacion-en-bebes-2

El tratamiento se basa en reponer los líquidos que se han perdido y tratar la causa. Por ejemplo, con el uso de antibióticos si se trata de alguna infección, todo esto bajo supervisión del pediatra.

Ahora bien, la estrategia de rehidratación depende de la gravedad del caso (Daley y Avva, 2024):

  • Deshidratación en bebés leve: para los bebés con deshidratación leve, aumentar la ingesta de líquidos suele ser suficiente. Ofrecerle más tomas de leche materna y asegurarse de que el bebé esté cómodo y fresco puede ayudar a corregir el desequilibrio de líquidos.
  • Deshidratación moderada: en casos de deshidratación moderada, los sueros de rehidratación orales son una opción segura y efectiva. Estas soluciones ayudan a reemplazar los líquidos y electrolitos perdidos. El pediatra puede recomendarte la mejor opción para tu bebé.
  • Deshidratación grave: esta es una emergencia médica que requiere atención inmediata. Si observas alguno de los síntomas mencionados anteriormente, lleva a tu bebé al hospital de inmediato. El tratamiento suele incluir la hospitalización y administración de líquidos por la vena.

¿Cuándo consultar a un médico?

Buscar atención médica a tiempo puede hacer una gran diferencia en la salud de tu hijo. Consulta al pediatra si tu bebé (Pitone, 2023):

  • No bebe ningún líquido por varias horas y tampoco quiere tomar leche materna.
  • Vomita varias veces en 24 horas o tiene vómitos de color marrón, rojo o verde intenso.
  • Presenta varios episodios de diarrea al día.
  • Lleva 3 o 4 días sin comer nada.
  • Tiene signos de deshidratación, como boca seca, menos pañales mojados de lo habitual o pocas lágrimas.
  • Está muy inquieto, irritable o menos activo de lo normal.
  • No parece estar mejorando, aunque le estés dando más líquidos.
  • Está muy somnoliento.

Consejos para prevenir la deshidratación en bebés

La mejor manera de combatir la deshidratación en bebés es prevenirla. Aquí hay algunos consejos para asegurarte de que tu bebé se mantenga bien hidratado (Daley y Avva, 2024):

  • Ofrécele líquidos regularmente, incluso si tu bebé no parece sediento. Esto es crucial en días calurosos y cuando esté enfermo.
  • Monitorea los signos de deshidratación: mantente atenta a los signos y síntomas de deshidratación para actuar rápidamente si es necesario.
  • Consulta al pediatra: no te quedes con ninguna duda. Si algo te parece extraño, consúltalo de inmediato.

La deshidratación en bebés es una condición seria pero prevenible. Con el conocimiento adecuado y la vigilancia constante, puedes proteger a tu hijo de los riesgos de la pérdida excesiva de líquidos. Recuerda ofrecerle suficientes líquidos cada día y mantenerlo hidratado.

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