Alrededor de la región anal confluye una compleja red de vasos sanguíneos, que en algunas situaciones específicas pueden estar sometidos a presiones mayores de las normales originando la Hemorroides. Durante el embarazo, el gran aumento del volumen sanguíneo, sumado al estreñimiento específico de esta etapa, la retención de líquido generalizada y la presión que ejerce el útero sobre las venas principales, pueden desencadenar la irritación e inflamación de las venas alrededor de esta zona.
Esta realmente puede llegar a convertirse en una situación incómoda y dolorosa, así que lo ideal es tomar todas las precauciones necesarias. Primero debemos tratar con el estreñimiento, por ello es vital agregar fibra a tu dieta y aumentar el consumo de agua, lo que permitirá movilizar todo el alimento que consumes de una manera más efectiva y rápida por tu intestino.
Para evitar las Hemorroides durante tu embarazo también te recomendamos realizar ejercicios Kegel con regularidad, evitar las posiciones incómodas por periodos de tiempo prolongados, realizar ejercicio para regularizar tus visitas al baño y además, cuando sientas necesidad de ir, no posponerlo ni aguantar. En caso de alguna ulceración o dolor anormal es recomendable acudir al especialista de inmediato. Mientras tanto, podrías utilizar toallitas húmedas sin alcohol para limpiarte y usar compresas de agua tibia y fría intercaladas, que ayudan a calmar los síntomas momentáneamente.
En caso de que incluso con estas medidas preventivas sientas dolor, tengas sangrado o incomodidad, debes acudir al médico para que él se cerciore del origen del sangrado. Además, podrá asesorarte profesionalmente en caso de que se trate de una hemorroide y te dirá cómo detener su evolución y disminuir los síntomas.
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