Artículo: Revista Ser Padres Hoy
Mónica Urbina Pardo / Asesora: Marisa Azaret, doctora en psicología clínica y conductora de Vive la Salud por CNN en español.
No solo el ámbito físico es importante para mantener una buena salud individual. A veces con los niños muy pequeños, los padres se enfocan en que estén libres de enfermedades corporales y como el pequeño aún no puede expresarse con palabras, el cuidado de la salud mental podría quedar relegado a un segundo plano.
Marisa Azaret es doctora en psicología clínica y está especializada en el trabajo con infantes.
Actualmente conduce el programa de CNN en español Vive la Salud, que enfoca temas de bienestar desde un ámbito global mostrando cómo la salud física y mental se conjugan con el fin de llevar mejores relaciones con nosotros mismos y con los demás, mediante la creación de hábitos y prácticas pedagógicas.
Con su experticia, Azaret nos comentó sobre la importancia del cuidado de la salud mental en los niños muy pequeños. Los papás deben crear la atmósfera ideal para que el pequeño se sienta seguro, protegido, tranquilo y confiado, lo cual brinda la posibilidad de una mejor relación con el entorno en tanto el bebé sabe que existe un lazo con sus padres o cuidadores que garantiza que sus necesidades estarán cubiertas.
La doctora recomienda que los padres se pregunten cómo se manifiesta la salud mental en ellos mismos, así podrán tener idea de lo que va a ocurrir con el nené. “La salud mental del niño comienza mucho antes de su nacimiento, por eso hacemos tanto énfasis en un embarazo armónico.
Los bebés y los niños miran el mundo a través de los ojos de los padres, si un padre está ansioso, el infante tal vez no comprenda lo que ocurre porque el estado de desarrollo de su intelecto no se lo permite, pero captura esa ansiedad y se comporta en respuesta a ello”.
La primera recomendación de los pediatras ante cualquier duda sobre los niños es “no lo compares con otros bebés”, Azaret destaca en este punto que los pequeños son individuos por lo tanto su desarrollo es único y distinto al de otros pequeños.
“Estas preocupaciones son muy válidas, y ante ellas mi recomendación es que los padres no se queden con dudas, que le pregunten al experto, que consulten, con eso hacen un gran trabajo, regresan tranquilos a casa y ello se lo transmiten al bebé con su comportamiento y cuidado”.
Esa creencia de los padres de “voy a darle a mi hijo lo que yo nunca tuve, seré como un amigo para él” se ve mucho en las familias fracturadas, reporta Azaret. Y los pequeños, más que amigos (que podrán tener todos los que quieran a lo largo de su vida), necesitan a su mamá y a su papá, porque necesitan quién les enseñe las reglas de vida, estructuras, rutinas, disciplina, consecuencias.
“Esto le da al niño un sentido de pertenencia y seguridad, eso lo deben comprender los padres muy bien. Los niños deben saber hasta dónde pueden llegar, y cuál es el límite que no pueden pasar”, dice la psicóloga.
Indudablemente, cada familia tiene su estilo, no hay formas correctas e incorrectas, tampoco hay manuales para relacionarse con los pequeños y manifestarles el amor que los padres sienten por ellos, ante esto la recomendación de Azaret es “que los padres disfruten a sus niños y también establezcan rutinas que sean saludables”, finalizó.
Dormir la siesta, después paseamos, y en una hora hacemos alguna actividad pedagógica, eso en el mismo horario, a diario, con constancia, elimina la necesidad del uso constante del ‘no’ de los papás, y ello se debe a que el niño ya sabe qué hacer y cuándo lo debe hacer; ya que en esas rutinas ya están hiladas las consecuencias.
La mejor rutina es la que intercala responsabilidades con beneficios y sanciones, explica Azaret.
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