Artículo: Revista Ser Padres Hoy
Una bolita, un insecto, un trocito de pan… Cualquier cosa pequeña puede terminar en los ojos, en el oído o en la nariz de un niño.
La ingesta de cuerpos extraños en niños puede suceder, a veces, de forma accidental, pero otras, porque se lo introduce jugando; por eso es importante no dejar a su alcance objetos pequeños, hasta cuando entienda que no debe meterlos en las orejas ni en la nariz.
Por supuesto, siempre es recomendable comentarle la situación al pediatra, para que revise que todo está en orden con tu pequeño.
Si después de quitarle el objeto continúa el dolor o sigue rojo.
Si no puedes retirarle el objeto, tápale el ojo y ve al hospital.
Si se ha frotado los ojos con sustancias químicas (lava sus ojos bajo el grifo de agua separando sus párpados y acude de inmediato al servicio de urgencias médicas).
Si no sale, ponlo mirando a la luz y sepárale los párpados. Si es lo suficientemente mayor como para comprender, pídele que mire de izquierda a derecha para que puedas examinarle el ojo.
Si ves el objeto, vierte un poco de agua limpia por el ángulo interno para que el agua lave todo el ojo. Después usa un pañuelo de tela limpio y suave para quitar el objeto.
Si no ves el objeto porque está debajo del párpado, tendrás que elevarle el párpado tú misma (si lo puede hacer tu hijo solo, mejor) y cuando lo veas, quítaselo. Quizá necesites la ayuda de otra persona para que el bebé no se mueva.
Si es un insecto, una migaja de pan o cualquier cosa blandita y ligera, por ejemplo, pon su oreja hacia arriba y agrega agua tibia. De esta forma, quizá flote y puedas retirarlo.
Si es un objeto duro, podría dañarle el tímpano; por tanto, aunque lo veas, no intentes extraerlo y lleva al niño al hospital, de inmediato.
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