¿Te has preguntado alguna vez por qué tu bebé amanece con lagañas en los ojos? No te preocupes, es más común de lo que crees y no necesariamente es una señal de problemas oculares. Hoy te contamos por qué surgen y cómo quitarlas correctamente de sus ojos.
Las lagañas en los ojos de los bebés son un hecho muy común y completamente natural. Así es, esos pequeños rastros de secreción no son más que el resultado de un proceso fisiológico normal en el cuerpo de un ser humano. Pero ¿por qué ocurre esto con tanta frecuencia en los bebés? Permítenos explicarte un poco más sobre este tema para que puedas entenderlo mejor y sentirte más segura al respecto.
Durante el sueño, los ojos de tu bebé están constantemente produciendo lágrimas para mantenerlos húmedos y limpios. Esta humedad se mezcla con células muertas de la piel, mucosidad y otras impurezas. Como resultado, se forman esas pequeñas lagañas que ves al despertar. Esencialmente, las lagañas son el resultado de un proceso natural de limpieza que ocurre mientras tu bebé duerme.
Algunas razones adicionales por las cuales los bebés amanecen con lagañas en los ojos son:
Los bebés tienen conductos lagrimales inmaduros que pueden obstruirse fácilmente. Esto dificulta el drenaje adecuado de las lágrimas y puede llevar a una acumulación de secreciones en los ojos.
A veces, las lagañas pueden ser el resultado de una infección leve, como la conjuntivitis, que puede causar enrojecimiento e irritación en los ojos de tu bebé. Sin embargo, no todas las lagañas son indicativas de una infección. Aun así, es importante estar atenta a otros síntomas que puedan acompañarlas.
Limpiar los ojos de un bebé requiere delicadeza y atención para evitar irritaciones o lesiones. Por ello, te damos algunas recomendaciones sobre la forma correcta de hacerlo. Al seguir estos pasos con cuidado y atención, podrás limpiar las lagañas en los ojos de tu bebé de manera segura y efectiva, manteniendo su salud ocular y su comodidad.
Sigue atentamente estos pasos:
Lávate bien las manos con agua y jabón antes de comenzar. Asegúrate de tener todo lo necesario a mano, como gasas esterilizadas, toallitas húmedas o suero fisiológico.
Coloca al bebé en una posición segura y cómoda. Puedes acostarlo sobre tu regazo con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás o sobre una superficie plana y estable.
Opta por gasas esterilizadas o toallitas húmedas, especialmente diseñadas para bebés. Evita el uso de algodón, ya que las fibras pueden desprenderse y causar irritación en sus ojos.
Moja ligeramente la gasa o la toallita en suero fisiológico o agua estéril. Exprime el exceso de líquido para evitar que gotee sobre el rostro de tu bebé.
Comienza limpiando desde el interior del ojo hacia afuera, siguiendo el contorno del ojo. Haz movimientos suaves y delicados para evitar irritar la piel sensible alrededor de los ojos o provocar el llanto de tu bebé.
Usar una gasa diferente para limpiar cada ojo ayuda a prevenir la propagación de posibles infecciones y mantiene la limpieza adecuada.
Después de limpiar, seca suavemente alrededor de los ojos con una gasa limpia y seca. Evita frotar con fuerza para no irritar la piel delicada.
Observa cualquier señal de malestar o incomodidad en tu bebé durante el proceso de limpieza. Si notas algún síntoma preocupante, como enrojecimiento persistente o aumento en la secreción, consulta a un profesional de la salud.
Incorpora la limpieza de los ojos en su rutina diaria de cuidado, especialmente por la mañana al despertar y por la noche (antes de acostarse).
Si notas síntomas poco comunes o preocupantes relacionados con las lagañas en los ojos de tu bebé, no dudes en consultar a un especialista en salud ocular. Es importante estar atenta a estos signos:
Si los ojos de tu bebé están constantemente rojos o irritados, podría ser indicativo de una infección ocular o un problema más grave. La conjuntivitis, por ejemplo, puede causar enrojecimiento y secreción en los ojos, además de picazón y sensibilidad a la luz.
Puede ser un signo de inflamación o una reacción alérgica. Si notas que los párpados de tu bebé están hinchados o inflamados, además hay dolor o dificultad para abrir los ojos, es importante buscar atención médica de inmediato.
Podría ser un signo de una infección bacteriana o viral. Si notas que la secreción de los ojos de tu bebé es abundante, de color amarillo o verde, o si hay costras que se forman alrededor de los ojos, es recomendable consultar a un médico para un diagnóstico adecuado y tratamiento.
Si notas que está más irritable de lo habitual, se frota los ojos con frecuencia o tiene dificultad para abrirlos, podría indicar molestias o dolor en los ojos que requieren atención médica.
En conclusión, limpiar las lagañas en los ojos de tu bebé es un proceso simple pero importante para mantener su salud ocular. Con los cuidados adecuados y una limpieza suave y regular, puedes ayudar a prevenir irritaciones y posibles infecciones.
Recuerda estar atenta a cualquier síntoma inusual y no dudes en buscar consejo médico si surge alguna preocupación. Tu bebé merece una visión clara y cómoda para crecer feliz y saludable. ¡Descubre más consejos útiles y mantén la salud visual de tu bebé con Winny!
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