La pérdida espontánea del embarazo está definida como la pérdida involuntaria del bebé antes de la semana 20. Estadísticamente, es un evento importante y que debes tener en cuenta, ya que hasta el 20% de todos los embarazos, puede terminar abruptamente en un aborto involuntario. Es importante que desde ya conozcas esta información, porque más del 80% de estos casos ocurren antes de la semana número 12.
La principal causa, hasta en el 70% de los casos, son anormalidades cromosómicas que se presentan al momento en que el óvulo es fecundado, en una etapa primaria del desarrollo; todo esto, debido a un número incorrecto de cromosomas en alguna de las dos células reproductoras.
Existen ciertos factores de riesgo asociados, que aumentan las posibilidades de llegar a tener una pérdida espontánea: tener una edad materna mayor a 35 años, el alcohol, el cigarrillo, las drogas, enfermedades como la diabetes mal controlada, o el virus del VIH, si tu tipo de sangre es RH negativa o si has tenido historia propia o familiar de abortos de cualquier tipo.
Así como es importante tratar las secuelas físicas que conlleva una pérdida espontánea del embarazo, se le debe prestar especial atención a las secuelas emocionales. Permítete vivir el duelo y la tristeza; apóyate en tu pareja y rodéate de tu familia, amigos y todas las personas que puedan brindarte cariño y comprensión.
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