Los tics en bebés son movimientos o sonidos involuntarios y repetitivos. Esto quiere decir que los niños no los hacen a propósito y no pueden controlar su aparición (González et al., 2022). Para que sean considerados tics, es importante que aparezcan a menudo. A veces, hasta varias veces en el mismo día. Pero no tienen una duración determinada; hay movimientos de pocos segundos y otros de minutos (Cortés et al., 2022).
La mayoría de los tics en bebés son normales y no representan un trastorno ni una enfermedad. Tienden a hacerse más notorios cuando el niño está estresado o fatigado. Pero, en general, no afectan el crecimiento ni el desarrollo cerebral (Medline Plus, 2024). Aun así, es importante reconocerlos y observarlos con cuidado. Por eso, en este artículo te explicamos todo sobre ellos.
Los tics son comunes en la infancia. Se calcula que, aproximadamente, entre el 4 % y el 23 % de los niños tiene alguno antes de llegar a la pubertad (Cortés et al., 2022). En la mayoría, inician entre los 2 y los 7 años. Si hablamos solo de tics en bebés menores de 2 años, vale aclarar que no aparecen antes de los 6 meses. Además, a menor edad, suelen durar menos tiempo y desaparecen después de 3 a 6 meses, sin dejar secuelas.
Los tics en bebés no tienen una explicación concreta sobre por qué aparecen. Se cree que están relacionados con el desarrollo del sistema nervioso y la maduración de las neuronas. Y es que, a medida que crecemos, algunas partes del cerebro practican y aprenden movimientos.
Tu bebé necesita aprender a coordinar las distintas partes de su cuerpo. En ese proceso de aprendizaje, a veces, los tics se manifiestan como pruebas o como ajustes que está haciendo el cerebro. Además, también se están ajustando las sustancias que usan las neuronas para comunicarse entre sí: los neurotransmisores (Cortés et al., 2022).
Todo ello requiere tiempo y es un proceso normal. Sin embargo, mientras tanto, es posible que tu bebé atraviese situaciones de estrés o de gran cansancio, que podrían favorecer la aparición de los tics (Medline Plus, 2024).
Los tics no son iguales en todos los niños. Sin embargo, hay formas que son comunes y que se repiten en distintas personas. A partir de ellas, podemos hacer una clasificación.
En primer lugar, tenemos los tics motores simples. Son movimientos breves de muy pocos músculos y los más habituales son (Cortés et al., 2022):
Otro grupo de tics en bebés son los motores complejos. Se trata de movimientos más llamativos que necesitan activar varios músculos al mismo tiempo. Como los siguientes (Cortés et al., 2022):
Pero no hay solo movimientos entre los tics. También podrían aparecer sonidos simples e involuntarios. Cuando son breves y simples, los más habituales resultan ser los carraspeos de garganta (González et al., 2022).
Si hay más elaboración en los sonidos, se llaman tics vocales complejos y podrán ser (Cortés et al., 2022):
Al descubrir tics en bebés, lo primero es no preocuparse. Si tu hijo tiene movimientos involuntarios, sigue estos consejos (CHOC, 2023; Medline Plus, 2024):
La mayoría de las veces, los tics son autolimitados. Así como comenzaron, luego desaparecen y no dejan secuelas, por lo que no afectan a futuro el deporte en la infancia ni el desarrollo cerebral (Ueda y Black, 2021).
Sin embargo, hay circunstancias de los tics que deberían llevarte a la consulta médica, como las siguientes (CHOC, 2023; Medline Plus, 2024):
También es necesario consultar con especialistas cuando, junto con los tics, detectamos otros síntomas. Por ejemplo, problemas para dormir, falta de lenguaje a la edad esperada o retraso en el crecimiento (Ueda y Black, 2021).
Los tics en bebés pueden preocuparte y eso es normal. Sin embargo, es importante que recuerdes que son benignos y que muy pocas veces significan una enfermedad.
¿Estás por hacer la primera visita al dentista de tu bebé? Conoce todo lo que debes esperar.