A medida que avanza el embarazo muchas madres empiezan a sentir sus encías más sensibles, lo que poco a poco se va convirtiendo en una inflamación menor, por lo que tus encías están más rojizas de lo habitual, con más flujo sanguíneo y en ocasiones puedes llegar a sangrar.
Cuando te cepillas o te pasas la seda dental existe la posibilidad de lastimar la encía y que ésta sangre. Es un problema relativamente común y fácil de tratar, pero es importante que desde el principio estés lista porque puede llegar a evolucionar a una complicación en tus encías.
Tener un parto instrumentado genera inquietud, pero en manos médicas, es un procedimiento seguro.
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