La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida; sin embargo, sabemos que, en ocasiones, resulta difícil amamantar a tu bebé. Por eso, siempre es bueno tener alguna porción almacenada para casos especiales. Te explicamos cómo extraer y almacenar correctamente la leche materna.
La lactancia materna tiene muchos beneficios para ti y tu bebé. Ya que le proporciona los nutrientes que necesita en sus primeros meses de vida y a sosegar su llanto (Holland, 2019). Además, les ayuda a crear un vínculo.
Algunas de las situaciones que pueden limitar el tiempo de contacto entre ambos son los horarios laborales, el cansancio, la aparición de mastitis, dolor en los pezones, etc. Recuerda que, en caso de dolor en los pezones, puedes utilizar pezoneras.
Extraer y almacenar la leche te permitirá mantener la alimentación de tu bebé, aunque tú no estés. También ayuda a estimular la eyección y la producción activa de leche (Holland, 2019).
Con un poco de práctica, extraer la leche será sencillo para ti. Estos son algunos consejos básicos (Crider, 2020; CDC, 2021; Argentina, s.f.):
Puedes empezar a extraer la leche cuando lo necesites. Algunos asesores de lactancia sugieren empezar con la técnica del masaje de forma temprana para estimular la eyección de calostro los primeros días tras el parto.
Una vez extraída la leche, es momento de almacenarla. A continuación, te presentamos lo más importante sobre el proceso (CDC, 2022; Mayo Clinic, 2022).
Existen bolsas especiales para almacenar la leche materna, aunque también puedes usar contenedores de alimentos de vidrio o de plástico con cierre hermético. Evita contenedores de plástico que contengan BPA y nunca uses bolsas de plástico desechables.
Para facilitar el uso de la leche almacenada, te sugerimos colocar un adhesivo en el empaque con la fecha de extracción. Además, procura almacenarla en porciones pequeñas, de una toma, es decir entre 2 y 4 onzas por recipiente.
Puedes conservar la leche materna en tres lugares:
La duración recomendada varía según el momento de la extracción de la leche:
Un consejo importante: nunca vuelvas a refrigerar la leche que ya ha sido descongelada.
¿Vas a usar la leche materna que has almacenado? Entonces, es hora de descongelarla. Para ello, deja el recipiente en el refrigerador durante la noche o bajo un chorro de agua tibia. No uses el microondas, puede destruir algunos nutrientes. Luego de descongelarla, ofrece la toma en menos de 2 horas. Puedes dársela a tu bebé en un vasito, si ya está en la etapa de alimentación complementaria.
La leche materna es el alimento ideal para los bebés, pero no siempre puedes tener a tu hijo contra tu pecho. Aplicar estas técnicas de extracción y almacenamiento te permitirá estar preparada ante cualquier eventualidad y seguir ofreciendo a tu bebé la leche en cualquier lugar y circunstancia
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