Tu espalda es una estructura demasiado fuerte y resistente. Esto lo logra gracias a que es una combinación armónica entre los músculos, tendones, vértebras y otra gran cantidad de tejido vital. Durante el embarazo es común que sientas dolor en tu espalda por la gran cantidad de presión extra que ha recaído sobre ella, pues los músculos abdominales pierden firmeza y ceden un poco de terreno para que el útero y tu bebé se puedan expandir hacia adelante.
La parte de atrás de tu espalda es mucho más firme y aún tiene la responsabilidad de mantenerte erguida. Gracias a la acción hormonal estos ligamentos también se distienden un poco, lo cual podría ocasionar de manera indirecta la compresión de algún nervio, pero generalmente el responsable es el peso extra del útero y de tu bebé. Por eso cada vez que avance tu embarazo, al finalizar cada día sientas un pequeño dolor en la parte baja de tu espalda.
Para lograr disminuir estos síntomas es muy importante que evites a toda costa estar periodos de tiempo muy prolongados de pie, y que por ningún motivo levantes objetos pesados. De esta manera evitarás dolor pronunciado en la noche.
Para el dolor de espalda en tu embarazo son muy recomendables los ejercicios de tipo pasivo que estiran y alargan los músculos de la espalda, lo cual los fortalece y les da elasticidad. Algunos ejemplos podrían ser las caminatas, la natación o el yoga. Finalmente, es muy útil que poco a poco aprendas a identificar las posturas, el calzado o incluso las circunstancias que aumentan el dolor, para tener la capacidad de reducirlos al mínimo.
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