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Motricidad fina y gruesa, ¿por qué es tan importante estimularla?

Bebé juega con su mamá en la cama
La motricidad fina y gruesa se desarrollan en el bebé, desde antes del nacimiento.

Tu bebé recién nacido es una esponja lista para absorber todo lo que hay a su alrededor. De tu dedicación en las áreas claves dependerán muchas de sus habilidades; de manera que puedes explotar su potencial al máximo durante su crecimiento y desarrollo. Por esto queremos ayudarte a estimular su motricidad fina y gruesa.

Diferencia entre motricidad fina y gruesa

Al crecer, tu bebé se desarrolla no solamente en peso y talla, sino en conexiones neuronales. La motricidad fina y gruesa son el resultado de acciones del cerebro que permiten los movimientos. Su clasificación depende de la necesidad de usar músculos grandes o pequeños, así como la precisión ocupada para realizar el movimiento. Comúnmente se necesita de ambas para poder ejecutar acciones coordinadas.

Motricidad gruesa

Las habilidades motoras gruesas involucran todo el cuerpo; los músculos centrales como los del vientre y la espalda, brazos y piernas. Además, involucra equilibrio y coordinación mano-ojo. Estas habilidades incluyen movimientos como (Healthline, 2020):

  • Estar de pie.
  • Gatear.
  • Sentarse quieto.
  • Caminar.
  • Correr.
  • Saltar.
  • Levantar algo con la mano: una cuchara, un peine.
  • Patear.
  • Andar en bicicleta.
  • Deportes como fútbol, patinar, nadar.

Motricidad fina

Son habilidades físicas que involucran músculos pequeños y coordinación ojo-mano. Los movimientos son más controlados y precisos, por ejemplo (Kid Sense, 2019):

  • Agarre con las manos tipo pinza.
  • Usar lápices o tijeras, abotonarse, abrir broches y usar la cuchara.
  • Vestirse, atarse los cordones, abrochar sandalias, cremalleras, botones y cinturones.
  • Cepillarse los dientes o lavarse el cabello.

¿Cuándo estimular la motricidad fina y gruesa?

Desde el nacimiento tu bebé empezará a realizar movimientos descoordinados de manera natural. Estos son movimientos reflejos; o sea, no son premeditados por él. Van desapareciendo con el tiempo y se convierten poco a poco en movimientos coordinados e intencionales. Es por esta razón que debes iniciar la estimulación temprana de la motricidad fina y gruesa de tu bebé desde el nacimiento. Nunca es demasiado temprano.

Ejercicios para desarrollar la motricidad fina y gruesa

La buena noticia es que podrás hacer uso de las actividades y los juegos para bebés que normalmente disfrutan juntos.

Motricidad gruesa

Para estimular este grupo de músculos, puedes realizar algunos ejercicios en posiciones específicas, por ejemplo (Kid Sense., 2019):

  • Posición de la cabeza: alterna el lado en que lo colocas cuando lo acuestas, izquierda o derecha. Esto lo animará a levantar la cabeza y fortalecer ambos lados del cuello.
  • Tiempo boca abajo: fortalece los músculos del cuello y la espalda. Para esto mantén su atención sacudiendo un juguete colorido.
  • Usa el sonajero: ponlo en sus manos y tira de él suavemente.
  • Sentarlo: inicialmente puedes ayudarlo a sentarse, para luego animarlo a hacerlo de forma independiente.
  • Notas en la pared: cuando empieza a ponerse de pie, pon notas fuera de su alcance para que se levante a arrancarlas.
  • Movimiento libre: crea un espacio libre, que sea seguro para él, lo mejor es alentarlo a moverse solo. Esparce sus juguetes favoritos para que se arrastre hacia ellos.

Motricidad fina

Este tipo de habilidades se desarrollan dependiendo de la edad, por lo que en cada etapa deberás practicar distintas actividades, por ejemplo (Parents, 2021):

  • De 0 a 3 meses: acaricia la parte de atrás de sus nudillos con un juguete sonajero. Cuando abra la palma, colócalo dentro de su mano. No importa si lo bota las primeras veces, ese movimiento le permitirá aprender a tomar, tirar y recoger.
  • De 4 a 6 meses: este momento es crucial. En estos meses empezará a aprender a coordinar los pensamientos con los movimientos de las manos, pasándose objetos entre ellas. Incluso puede iniciar a mostrar preferencia por algún juguete. Para estimularlo en esta etapa, lo ideal es colocarlo en diferentes posiciones al momento de jugar, por ejemplo, ubicarlo en posición de lado.
  • De 7 a 9 meses: a esta edad ya es experto con sus juguetes. Su mayor reto es alimentarse. En esta etapa aprende habilidades de pinza sosteniendo entre el pulgar y el índice. Permite que haga un desastre para que practique con sus dedos.
  • De 10 a 12 meses: inician tareas más difíciles como mover los dedos de manera independiente. Déjalo usar arcilla o plastilina, asegúrate que no sea tóxico y vigílalo mientras juega. También son útiles los juguetes que hacen ruidos al apretarlos.

En definitiva, es de suma importancia para el futuro de tu bebé la estimulación de la motricidad fina y gruesa. La buena noticia es que con actividades cotidianas y guiadas puedes mejorar su potencial al máximo. Solo recuerda ser constante. También es fundamental no forzarlo a avanzar más rápido de lo que él pueda. Se trata de ayudarlo a utilizar sus habilidades innatas.

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