Ahora que entramos en el mes 26 de tu bebé, la construcción de su lenguaje te habrá permitido a ti y a las personas que le rodean, comprenderle y conocerle mucho más y, posiblemente, de manera más sencilla que cuando tenías que interpretar su llanto.
Para seguir enriqueciendo estas experiencias, es interesante escuchar a los psicólogos del desarrollo, que están de acuerdo en que "se aprende a usar el lenguaje usándolo", es decir, sin instrucciones ni pautas, sino con la intención del momento.
El niño aprende a hablar porque se le habla, su construcción del lenguaje depende en gran medida de la calidad y diversidad de las propuestas comunicativas que se le ofrezcan.
Participando del lenguaje, tu bebé va comprendiendo las reglas que rigen su lengua materna, lo hace a partir de los usos que tienen las personas al hablar, y así más adelante hará intentos por incorporar algún artículo como "él", alguna preposición como "en", una conjunción como "y", llegará a utilizar los tiempos, los géneros, los plurales.
Al igual que para caminar, tu bebé se tomará su tiempo hasta incorporar todos estos elementos; sin embargo, las personas que lo acompañan le harán un regalo enorme si lejos de subestimar las capacidades que tiene usando pequeñas frases para relacionarse con ella/él, le hablan con toda la riqueza del lenguaje y usan cualquier momento o circunstancia para establecer una comunicación.
Como mamá, puedes mostrarle cómo el lenguaje permite planear lo que harán: "Ahora cuando termines de comer te voy a llevar a conocer un hermoso parque", recordar lo vivido: "¿recuerdas lo feliz que la pasaste en tu cumpleaños haciendo burbujas de jabón?"
En este campo es importante aclarar que también existen diferencias individuales que no dependen necesariamente de las ofertas del entorno, es decir, de la riqueza que los padres o cuidadores le brinden al niño.
Pues así como hay niños que rápidamente comienzan a hablar, hay otros niños que se toman más tiempo, asunto que suele preocupar a los padres, pero que al momento de hacerlo lo hacen de una manera sorprendentemente estructurada para ser una conquista tan reciente.
En esta edad el lenguaje tiene varios encantos, a tu bebé le intriga el significado, pero muy probablemente le fascina la sonoridad de las palabras. Es por ello que las canciones, los poemas, las retahílas son muy bien recibidos y alegran la vida a su paso.
“Es importante que a ti te gusten, pues además del contenido, tú transmites una emoción, y los niños suelen ser excepcionalmente sensibles a la carga emotiva de las palabras.”
Algunas palabras le resultarán conocidas, otras serán novedosas. La aventura consiste en descifrar tantos enigmas que reposan en el lenguaje y que, a través de las voces de las demás personas, aparecen ampliando no solo su universo de palabras, sino también el de sus vivencias.
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